viernes, 21 de enero de 2011

Bolivia, Peru

Que bolonqui esto del blog, es súper difícil encontrar tiempo para actualizarlo. Hoy voy a ser resumidito.
Veamossssss... donde me quede? Ah si! En La Paz.

La Paz
La reput.... de La Paz. La verdad que no me gusto nada. La ciudad es como un Once Gigante. Una enorme Boliferia, con mucho transito, bocinazos, gente queriéndote cobrar por todo, y además ahí perdí mi celular, y me afanaron mi billetera con 300 bolivianos (algo de 180 mangos) y la tarjeta de debito. Alto barrrrrdo ahora para conseguir plata. Por suerte mi gente bonita en Capital me presto plata mientras soluciono el tema, y me mando Giro por Western Union.

De todas maneras de La Paz saque algo muuuuy bueno. La excursión en un día en bicicleta. Un viaje desde los 4700 m.s.n.d.m hasta los 1300 en una bajada ferooooooz, disfrutando unos paisajes, im-pre-sio-nan-tes. Primero por ruta, y después por el camino de la muerte (ripio). La verdad que ese nombre lo lleva súper bien puesto ese camino. Cada unos cuantos metros ves cruces de gente que perdió la vida ahí. Es un ripio con acantilados violentos, donde encima el guía te lleva a los remil pedos, y es realmente peligroso. De hecho una compañera nuestra, tuvo que terminar el viaje en el mini-bus que nos acompañaba porque su bicicleta, luego de una mala maniobra (freno con el de adelante) rodo por el acantilado al vacio. Yo personalmente perdí el control dos veces, pero me salve, jaja. Pasas por todo tipo de paisajes motañosos, niebla, barro, por debajo de cascadas que te parten al medio por la altura desde la que cae el agua, etc. Después, llegas todo roto, y te reciben en un hotel con tenedor libre, ducha, piscina donde conocimos algunas chicas :P. Genial!

Copacabana
Fuaaaa, lugar paradisiaco, ciudad muy pequeña, y con paisajes hermosos, más bien relax. Llegamos a ella en un micro, del que en un momento te hacen bajar para subirlo a una balsa, donde un tipo subido empuja sobre el fondo del lago con un palo y hace llegar la balsa con el micro al otro lado.

Al llegar, escalamos con Mario que ya parece ser mi compañero oficial de viaje, y Tania una Rionegrina un poco para ver la ciudad desde arriba (ver fotos en facebook) y caminamos viendo artesanías, y etc... Ahí pasamos una noche, para salir al día siguiente a una excursión en la Isla del Sol (es una excursión, vas y volves al otro día).

Fuimos en lanchita. Ahí salió fulbacho en la playa (10 minutos porque nos quedamos todos sin aire por la altura), almuerzo en la arenita, meter las patas en el lago, y boludear. Luego, de vuelta a Copacabana para salir hacia Perú.

Perú
Cuscooooo, Ciudad hermosa! Se nos agrego Kastas, el pequeño Lituano. Con el hicimos cabalgata hacia las ruinas rondantes de Cusco, que es una ciudad súper tranqui, pero con mucha joda nocturna! Vimos bandas en vivo, salimos a bailar, chupamos bastante, y bueno, nos preparamos para el Machu Pichu. Averiguamos de mil maneras en las agencias para bajar los precios, y finalmente decidimos hacerlo por la nuestra. Ufff, mini-bus hasta hidroeléctricas, conocimos gente ahí. Desde ahí, caminata por la vía un par de horitas, y llegamos a Aguas Calientes. Tambiennnn hermoso, pero ahí ya empezaban los precios caros. Nos instalamos y al día siguiente, 3 am, a salir rumbo a las ruinas.

Frio, lluvia, sueño y hambre no nos detuvieron. Subimos 1 horita por escaleras a todo ritmo (myyy gooood!) para llegar hasta la entrada del Machu entre los primeros 200, y así tener acceso al Wayna pichu. La verdad que por un momento la creí que iba a morir. El sol nunca salió, y la ropa nunca se nos seco. Pero igual, como a las 10 am, después de haber sido guiados por todo el Machu por una guía contratada "in situ" subió la temperatura, y pudimos llegar al wayna pichu. Una escalada en la que creo, nunca estuve tan cagado en las patas en mi vida. Mierda que este alto ahí. Subimos con Sandra y Jana, dos alemanas que andaban por ahí tan cagadas de frio como nosotros, de las que no si hicimos amigos. Estando ahí, uno entiende por que es una de las 7 maravillas del mundo.

Luego, de vuelta a Aguas Calientes, y a darse, después de semejante castigo al cuerpo, un baño en las aguas termales que devuelven el alma al cuerpo, y a dormiiiiirrrr, que al día siguiente, nos espera la misma caminata a hidroeléctricas de vuelta, para llegar al minibús, que nos trajo de nuevo para cusco, desde donde salimos, si todo sale bien, esta noche para Lima en 23 horitas de viaje.

martes, 11 de enero de 2011

Bolivia

Haciendo la cola de la frontera.
Antes que nada, quería agradecerles a todos los que me escribieron por facebook o acá. Y a los que leen y no escriben nada, váyanse a la rep... jeje.

Llegué a la Quiaca el 2 de enero, a las 5 am aprox. Un tipo en la terminal me dijo, con poca gana y sin mucha seguridad, cuando le pregunte por la frontera: "para allá. Y dobla en la avenida". Así que ahí fui, de noche, con frio, hambre, una mochila con 200kg, y preguntándome dónde cuerno está toda la gente que va para Bolivia porque estaba más solo que un rope. Al llegar, vi una cola de gente que me informó que la frontera abría a las 9 am. Así que iba a tener que hacer unas cuantas horas de cola en esas circunstancias. "Bienvenido a Bolivia" (pensé). Y justo en ese momento, me acerque a una ronda de 6 chicas de Santa Fe, y las increpé para que me conviden un mate.

Cementerio de Trenes, Uyuni.
Ahí comenzó una relación que duraría por los siguientes 6 días con Luci, Vale, Gi, Ceci, Hele, y Sofi, compartiendo comidas, excursiones, habitación de hostel, chistes malos, acertijos, cartas, micros en Villazon, Tupiza y la excursión de 3 días por Uyuni y su salar, hotel de sal, sus volcanes, isla del inca, cementerio de trenes, 5 lagunas, refugio en el desierto, Geisers, y etc.. Las chicas, una masa. Cada una de ellas. Y ni hablar de los lugares que recorrimos. Pero como todo lo bueno, el grupete llego a su fin. Desde Uyuni ellas se fueron a la paz, y yo para Potosí.



Tras la despedida, y una noche de soledad y reflexión, partí en mi micro en el que conocí a Mario (Colombia), a Liliana, y a Néstor (Córdoba) y con ellos recorrimos la hermosa ciudad de Potosí. Ambos cordobeses son arquitectos, así que vino josha (palabra utilizada por Mario, entre otras, para gastar a los porteños) porque nos explico los estilos y demás yerbas de las construcciones de Potosí. Visitamos la casa de la moneda, donde nos explicaron la historia de Potosí. Y también pase por una de las experiencias más zarpadas de mi viaje. Nos metimos por hora y media en las minas del Cerro Rico, a unos 400 m bajo la montaña por unos túneles donde por momentos apenas cabía el cuerpo, donde solo se ve lo que alumbres con la linterna de tu casco por la falta de luz, y donde se escuchaban las explosiones de dinamita cercanas, tras las cuales el guía tuvo que reaccionar para calmar a la gente de un ataque de pánico. Sentir como te retumba eso, y que no sabes si se derrumba la montaña o que, es zarpado.
Después de las minas, comilona, y al ojo del inca a relajar, unas termas enormes en las que mientras nadas disfrutas de un paisaje increíble, y de conocer gente.

Bueno, ahora estoy en La Paz. La verdad que estoy enamorado de Bolivia.